Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
MEMORIALES DE LAS INDIAS AUSTRALES



Comentario

MEMORIAL 26`


Señor



El Capitán Pedro Fernandez de Quirós: No puedo dejar de mostrar por puntos la mucha pena que tengo del tiempo que por años perdí y pierdo, por no se querer sembrar un poco de plata en aquellas tan grandes y tan buenas tierras que Dios fue servido mostrarme a buena suerte de V.M., con aquel gusto conque yo sin ser el dueño he gastado lo que tenía, dejé de ganar lo que pude, trabajé sin descansar por liberarlas del olvido, y por no las desamparar padezco infinitamente y me ofrezco de valde a padecer, lo que no me asamobra, aunque lo veo ir todo a fin de que no se pierda esta causa de tanta honra y gloria de Dios y que tanto a V.M. conviene y importa.



¿Hasta cuándo, Señor de esta vasallo y protector de esta obra de santa piedad y misericordia, ha de durar mi bien fundada esperanza? ¿Y cuánto ha de doler la pérdida incomparable de aquellas tantas almas del cargo de V.M.? ¿Y cuándo se atiende a gozar de aquellas tantas riquezas que parece las guardó Dios allí para este tiempo de tanta necesidad? y V.M. con ellas pueda mejor defender y aumentar su iglesia, desempeñar y descansar a España y bien acomodar todas sus cosas.





Señor: la ocasión es buena, las vidas breves, los caminos largos, mucho lo que aprestar, grandes las dificultades que vencer allá y en Indias, y mucho mayores las de la parte a donde he de ir remando y entrar cavando y arando para que muchos coman de mis tan caros sembrados. No permita V.M. me sea cortado el hilo a mis intentos. Déjenme, Señor, obrar pues no es para menos que abrir puertas a infinitos bienes del cielo, y tierras, y vallas a incontables males y daños que amenazan si V. Md. se descuida.



Señor: mucho (es) lo que suena y no se halla cada día, y cuando se quiera buscar se hallará al precio de millones. Yo sólo pido se gasten por una vez en la casa de la Ciudad de los Reyes, 500 mil ducados, sin que entre en mi poder un solo maravedí.

Despacho, Señor, despacho, pues (es) razón la que pido, y mi ánimo, servir a V.M. toda mi vida.